Desde muy joven
me llamó la atención la bandera canadiense. Si se fijan, el rojo es casi
naranja, y el diseño de su imagen central se aparta de las formas marciales.
Normalmente las enseña patrias que ostentan figuras complejas insertan escudos
de armas medievales o símbolos universales cómo soles, lunas, estrellas o
cruces.
El escudo de la bandera de México también es sui generis, pero de otra manera, éste nos cuenta
con alarde de imágenes la leyenda del origen de la ciudad de un pueblo
imperialista (los aztecas) que por cierto, nada tiene que ver con los tarahumaras o los
lacandones, sin embargo, los mexicanos tenemos implantada la convicción de que eso es lo que
nos une y lo que tenemos en común. Yo digo que hoy por hoy sólo hay dos cosas
comunes a TODOS los mexicanos: los tacos y la palabra “güey”. Volviendo al tema,
insisto, la mayoría de los lábaros patrios que van más allá de una simple combinación
de formas geométricas y colores reiterativos recurren a figuras muy clásicas,
por no llamarlas aburridas, pero, ¿una hoja? y encima ¿con diseño estilizado
cual logotipo de empresa tras-nacional?.
¿Qué importancia
puede tener para toda una nación la minúscula parte de un objeto tan común como
un árbol?
Basta con pisar
ese enorme territorio norteño para darse cuenta que allí se ve maple, se pisa
maple, huele a maple, se come maple, se construye con maple y, aun así, no
parece ser suficiente el tema de la abundancia para convertirlo en insignia nacional,
de ser así veríamos ondear barriles de petróleo en medio oriente.
El hecho es que los
canadienses adoran tanto al vegetal que hasta más de un equipo del deporte
nacional; Hockey sobre hielo lo involucran en sus propios emblemas: Toronto y
Winnipeg. Para mí, esos datos sólo fortalecen el interés por descubrir qué hay detrás.
Así que le rasqué un poquito y esto es lo que encontré:
Resulta que los famosos
pioneros, aquellos de las trece colonias que dieron origen al país que tenemos encima
(en varios sentidos), despreciaban los territorios al norte del río Niágara y
de los grandes lagos bajo el argumento de que “allí sólo había hielo y bosques
inhóspitos”.
Sin embargo, esas tierras
fueron ocupadas por exploradores franceses, Quebec se fundó en los primeros
años del siglo XVII y funcionaba como capital de la Nueva Francia, la cual al
más puro estilo español practicaba mestizaje con los amerindios, Sólo que allí
no explotaban minas de oro y plata, sino rentables pieles de castor, y en
efecto, los climas sub-árticos son tan fríos que, de no ser por la presencia de
algunas variedades endémicas del árbol de Maple (el Arce Azucarado), los
asentamientos humanos difícilmente habrían prosperado. La mejor fuente de
calorías con que contaban los cazadores para soportar los inviernos, era la
miel recolectada en primavera. (de haber sabido eso los colonos británicos no hablaríamos de 13 colonias, sino de 15 y ahora, USA sería el país más extenso de la tierra)
Los planes de expansión de este
virreinato en se orientaron hacia el sur, por lo que ocuparon el territorio
llamado Luisiana en honor de Luis XIV, mismo que se extendía a lo largo de la ribera
oeste del río Misisipi hasta el Golfo de México y la frontera con la Nueva España,
donde fundaron Nueva Orleans. O sea que, en cierta forma Canadá y México alguna
vez fueron vecinos.
Francia no tuvo éxito en su
propósito expansionista porque nunca logró convencer a suficientes colonos para
mudarse a las Américas, así que terminó cediendo todas sus posesiones a Gran
Bretaña, incluido Quebec cuya población abrumadoramente mayoritaria era de
origen galo. Hablando en plata: Francia los abandonó a su suerte (lo que se entiende
porque en aquellos años empezaba a fraguarse la Revolución). Sin embargo, la
corona británica, quizá porque a su vez ya le estaban haciendo ruido los rebeldes
de las trece colonias, toleró que se mantuviera la cultura incluido el idioma francés.
Pocos años
después, una consecuencia natural del fin de las hostilidades de la
independencia gringa, fue que una pequeña parte de la gente caucásica que
defendía el status quo, tanto ingleses como nacidos ya en América fueron “vomitados”
hacia el norte, pero ellos, que obviamente eran angloparlantes se asentaron en
un poco más al oeste.
Lo anterior nos
lleva de regreso al tema del peculiar diseño de la bandera de la hoja de maple.
Y es que, siendo este país miembro de la Commonwealth, igual que como ocurre
con la bandera de Australia, la de Canadá lucía el estandarte del Reino Unido
más un escudo claramente de referencia francesa, es decir no era precisamente
un modelo promotor de la unidad. Sobra decir que a la fecha existe un
sentimiento separatista por parte de los quebequenses. Entonces apenas en 1965
por cuestiones índole política se decidió eliminar reminiscencias tanto
inglesas como francesas y por supuesto, la hoja de maple fue la solución, dado
que es algo plenamente canadiense.
Para finalizar a
manera de comparación con gringos, pero también con mexicanos, me quedo con las
palabras del también singular primer Justin Trudeau: “Canadá no es fuerte a
pesar de sus diferencias, es fuerte gracias a ellas”.
Nota: Siempre que me refiero al país que está al norte de México los llamo los gringos y es que, no hay otra forma de llamarlos con propiedad; ellos se autodenominan América cuando aún a su pesar, no ocupan todo el continente; tampoco son los únicos norteamericanos, ni los únicos estadounidenses. México es una unión de estados y si el mapa no miente, este país también se encuentra en el norte del continente americano.