jueves, 8 de diciembre de 2016

CARTA A MIS HIJOS ADULTOS


Queridos hijos, con todo cariño les quiero avisar que yo no me retiré para pasear perros ajenos, cuidar nietos, apartar lugar en la fila de alguien más y lidiar con un tráfico infernal al fungir como chófer oficial de la familia, conformándome con rellenar el "tiempo sobrante" realizando la actividad que me gusta.
No mis niños, me jubilé para dedicarme a lo que siempre soñé y nunca pude por tener que trabajar para mantenerlos a ustedes. No me estoy quejando de mi pasado productivo, lo que hice fue lo que pude y fui feliz haciéndolo porque decidí construir esta familia a la que amo con todo mi corazón.
Ahora soy escritor o pintor o músico o carpintero, no gano un peso por ello; no me importa, no es lo que busco, pero me encantaría que entiendan que mi tiempo es tan valioso como el suyo por la sencilla razón de que cada minuto que dedico a hacer realidad aquella vieja ilusión es también algo que le infunde vitalidad al resto de mi existencia.
Sigo adorando a mi familia y cuando tenga tiempo y ganas gustoso les haré el favor de pasear a su perro, cuidar a sus hijos, hacer sus trámites y dar un aventón a cualquiera de mis amados descendientes. 
Atentamente, El abuelo

P.D. Si deciden venir a visitarnos el fin de semana y, por casualidad traen algún platillo para compartir, recuerden que los platos no se lavan solos.

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